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martes, 25 de agosto de 2020

Ardvreck

Será que tengo ganas de viajar o será que tengo ganas de ver castillos. Quizá son las 2 cosas, pero lo que es seguro es que tengo muchas ganas de volver a Escocia. Debo decir que cuando estuve hace unos años fue un país que me encantó. Y en todos los sentidos: sus ciudades, sus habitantes, sus paisajes, su historia. Gran parte de esa historia está almacenada en la enorme cantidad de castillos, unos en mejor y otros en peor estado, que se hallan repartidos por todo el país. En una ocasión, una guía en Edimburgo contó que popularmente se creía que Escocia era el país de los castillos. Pero ella nos sacó del error. Escocia tenía muchos, sí, pero había otro país, Irlanda, que tenía aun más. Pero hoy no vamos a hablar de Irlanda. Y tampoco vamos a hablar de Escocia. Sólo vamos a hablar de la foto que os quiero enseñar.

Cuando suelo planificar un viaje me gusta poner en un mapa aquellos puntos que podría estar bien visitar. En mi cabeza hay una clasificación para esos puntos. Por un lado están los sitios curiosos, pero que no pasa nada si no los ves. Están los sitios interesantes, que estaría bien intentar verlos. Pero los que ocupan más espacio en mi esquema mental del viaje son los sitios de "SÍ o SÍ", y que son los sitios que marcan el recorrido del viaje. Sitios que sé que visitaré. No sé en qué condiciones. Si con sol, si con lluvia, si con huracanes :-P... pero los visitaré.

Entre esos sitios se encuentran las ruinas de este castillo, el Castillo de Ardvreck. La palabra castillo no se debe escribir con mayúsculas pero en esta ocasión para mí sí, así que permitidme que lo escriba así :-)

El día en que nuestra ruta nos llevó hasta allí el atardecer prometía bastante  tan solo viendo el cielo que teníamos sobre nuestras cabezas. Sin embargo, la noche no pintaba tan bien. Lluvia durante horas y sin posibilidad de que el cielo abriera. Aun así, una cosa tenía clara: mis linternas iban a iluminar ese castillo esa noche. 

Cuando horas más tarde volvimos al castillo, con completa oscuridad y absoluto silencio, la lluvia había cesado. La hierba que rodeaba el castillo estaba mojada de la lluvia reciente y no había rastro de las ovejas que por la tarde habían estado pastando. El cielo estaba cerrado. Muy cerrado. Tanto que tuve claro que en esta ocasión el cielo no iba a ser un elemento que destacara en mi foto. Una pena, pero era lo que había, y había que hacer lo posible por llevarse foto.

Fui directo a plantar el trípode para sacar la foto que más ganas tenía de llevarme. Dicha foto ya la publiqué en otra entrada que podéis ver aquí. Como era de esperar, el cielo no era para tirar cohetes, pero sí quizá mejor de lo que me pensaba encontrar. 

Cuando terminé fui a otro encuadre. Otro más vertical. Para mí menos llamativo, pero interesante. El cielo no había mejorado mucho (en realidad no había mejorado nada), pero la foto había que hacerla. Así que había que ponerse manos a la obra. 

Vamos a ver cómo se hizo esta foto.

Tras plantar el trípode y encuadrar había que enfocar. A mí, personalmente, en fotografía de paisaje y en nocturna me gusta hacer uso de la distancia hiperfocal. Además, creo que le tengo cogido el truco a mi objetivo Canon 16-35 y así es mucho más fácil: eliges focal, apertura, y para esos valores tengo claro dónde tengo que poner la rueda de enfoque de mi objetivo. 

Una vez hecha la parte básica, tocaba jugar con la iluminación. Mi idea era dar luz desde ambos lados del castillo. ¿Por qué hacer este tipo de iluminación y no desde donde ponemos la cámara? Una de las razones es porque de esta forma podemos sacar volumen al objeto iluminado. Así que con una potente linterna de luz cálida se hizo este trabajo.

Pero ésta no iba a ser la única forma de dar luz a esas ruinas. La existencia de ventanas, puertas o algún tipo de agujero hechos en las paredes siempre puede ayudar a llamar la atención del observador. Y este castillo tenía ventanas, así que se decidió que habría que intentar sacar algo de luz de algún color llamativo, como el rojo, que, además, iba a pegar muy bien con el azul del cielo y con el verde del suelo. Para hacer esta iluminación se eligió una linterna de luz potente en cuya salida del haz se puso un gel de color rojo para obtener la luz de este color.

Luz roja desde dentro del castillo, cálida en el exterior, y el trabajo estaría hecho. Tras unos pocos intentos, la foto salió.

Y creo que por hoy poco más. Como de costumbre, si hay algo que quieras saber sobre cómo está hecha esta foto, no dudes en preguntar. Además, si te ha gustado la foto, o la explicación hecha en esta entrada del blog, siéntete libre de compartirla. 

Muchas gracias por haber leído hasta aquí, y nos vemos en la próxima entrada ;-)

¡Hasta pronto!

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D
Focal: 16 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 1600