• Siguenos en Flickr
  • Siguenos en Blogger

Capítulo XI: La noche del embarcadero

Si eres seguidor de este blog, quizá recuerdes que en 2017 estuve pasando una semana en las Islas Lofoten, en Noruega. Si no las conoces, te gusta la fotografía de paisaje y, además, la idea de ver la Aurora Boreal te atrae, te recomiendo que anotes este destino en tu lista de viajes pendientes porque, si tienes algo de suerte, y se dan las condiciones adecuadas, es muy posible que ése sea un viaje que te resulte complicado olvidar.

Nosotros tuvimos esa suerte. Se dieron las condiciones idóneas para disfrutar de las Luces del Norte de una forma que creo que no volveré a disfrutar: cielos totalmente despejados, y una intensidad muy fuerte en las luces verdes que nos acompañaron.

La foto que podéis ver fue tomada la tercera noche que estuve en Lofoten. En concreto, está tomada en Reine, desde una especie de embarcadero al que esa noche nos acercamos, pues nos dio la sensación de que la orientación de las luces verdes podría ayudar a encontrar encuadres interesantes. Cuando llegamos allí, una vez hubimos bajado del coche, nos encontramos con un espectáculo difícil de describir. Sólo recuerdo la sensación de nerviosismo, que enganché mi mochila y mi trípode y que salí disparado a la orilla del embarcadero. Encontrar el punto que más me convenciera para sacar foto no fue fácil, o al menos, a mí no me lo pareció. Recuerdo que cuando llegamos había 2 fotógrafos chinos con su trípodes y cámaras y que estaban pegando gritos. No les pasaba nada grave. Era, sencillamente, la emoción del espectáculo. 

Cuando encontré el punto que más me gustó, planté trípode, saqué cámara y disparador, los monté, encuadré, enfoqué y me puse a disparar. Tomé fotos en vertical, en horizontal, con una focal, con otra... y, por supuesto, disfruté, disfruté del espectáculo. Y es que esto es algo que solemos olvidar cuando estamos fotografiando auroras boreales: nos olvidamos de vivir el momento no fotográfico. El fotográfico, sí. Ese momento lo vivimos como niños. Pero no debemos olvidar que estamos fotografiando un espectáculo de la naturaleza, y que debemos vivirlo más con nuestros ojos, y menos con nuestra cámara. Y es que la verdadera foto es la que nos llevamos en la retina, y no la que nos guardamos en la tarjeta de la cámara.

Poco a poco la aurora bajó de intensidad, lo que nos indicaba que la fiesta se iba acabando. Pero no importaba. En el ambiente se notaba que esa noche habíamos disfrutado en grande. Había que irse a dormir, pues ésa había sido nuestra tercera noche, aún quedaba mucho viaje, y no sabíamos qué más sorpresas nos estaban esperando.

Los datos EXIF:
mara: Canon 6D 
Focal: 23 mm 
Exposición: 5 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 3200


0 comentarios:

Publicar un comentario