En los años que llevo haciendo fotografía nocturna muchos son los kilómetros que he hecho buscando localizaciones de las que he sabido por diferentes medios: Internet, televisión, revistas, o gracias a la búsqueda ya hecha por amigos y compañeros noctámbulos.
La mayoría de estos destinos los he visitado una única vez. Los motivos son diversos: porque estaban lejos, porque una vez en el lugar han parecido menos interesantes de lo que inicialmente parecían, o porque la foto que me llevaba en la tarjeta me había dejado lo suficientemente contento como para no tener que volver.
Si el sitio merece la pena (o si a ti te parece que merece la pena), tienes suerte, estás inspirado, y la noche se porta bien, te llevas foto a casa. Perfecto. No te sientes "obligado" (bueno, esto dependerá del nivel de exigencia de cada uno) a volver a un sitio que, en la mayor parte de las ocasiones, no está cerca de tu casa. Si no se te da bien, o, por el motivo que sea, no te vas a casa contento con el resultado de tu trabajo, volver en otra ocasión va a estar muy relacionado con cuán lejos esté la localización de tu casa y con lo interesante que te parezca. Curiosamente el lugar u objeto a fotografiar suele volverse menos interesante cuanto mayor sea la distancia que tenemos que hacer. De estas tengo algunas en la lista. Confío en que con el paso del tiempo el interés que todas o algunas de esas localizaciones perdieron, vuelvan a ganarlo. Ya os contaré.
Hay otras localizaciones que, por el contrario, he visitado más de una vez... y de dos. La de esta noche, en concreto, hasta 6 veces... ¡seis! La he visitado en diferentes situaciones y con diferentes personas: Con cielo nuboso, con cielo raso, yo sólo con mi propia compañía, con un primo aficionado a la fotografía nocturna, con Luis... En fin, que en el pueblo de Requijada, el más cercano a esta iglesia, creo que me van a nombrar sacristán del templo como me vuelvan a ver por allí. Pero es que la iglesia merecía tantas visitas... o , al menos, a mí me lo parecía.
La noche que esta foto se tomó sólo iba con Felipe. Días antes, en concreto, el día de Reyes, hubo una nevada impresionante en la sierra que hay entre Madrid y Segovia que salió en todos los medios de comunicación por los inconvenientes que causó en la autopista que comunica las 2 provincias. Por cierto, no quiero dejar pasar la ocasión de saludar desde aquí al Director General de Tráfico, persona que se hizo tristemente famosa en los días posteriores a la nevada por su pésima gestión y por el desprecio con que trató a los afectados por la nevada.
En fin, como os decía, mis compañeros de Luces del Pasado y yo estuvimos hablando sobre dónde podíamos ir aquella noche, teniendo en cuenta que habría nieve en la sierra y en las zonas más próximas, y esa era una oportunidad que no había que dejar pasar. Así que una de las opciones que barajamos fue esta ermita, muy conocida, que es la Iglesia de la Virgen de las Vegas... una vez más.
Algunos diréis "tío... seis veces, ¡seis!". Ya, ya... ya lo sé... ¡si a nadie le fastidia más que a mí! Pero oye, cuando no era por una cosa, era por otra, pero el caso es que ninguna de las anteriores me habían dejado satisfecho. Pero esta vez sí... o más o menos :-P. Que sí, que no va a haber una séptima vez... al menos en los próximos 2 años.
Bueno, el caso es que decidimos ir para allá. Aquella noche sólo nos apuntamos a la salida Felipe y yo, así que quedamos por la tarde, y pusimos rumbo a Requijada. Cuando cruzamos el Puerto de Guadarrama, y vimos la cantidad de nieve que había nos dimos cuenta de que muy posiblemente la iglesia se iba a venir a Madrid con nieve (bueno, la iglesia no; la foto de la iglesia, ya me entendéis). Pero había algo que me hacía pensar que posiblemente esa, nuevamente, no iba a ser la última visita a Requijada: el cielo.
Aunque la previsión de que pudiéramos tener un "cielo amigo del fotógrafo nocturno" no era demasiado alta, nos pareció que era lo suficientemente buena como para arriesgarse a ir hasta la iglesia. Ahora bien, cuando cruzamos el puerto la increíble nevada que encontramos no fue lo único que llamó nuestra atención. Y es que encima de nuestras cabezas teníamos un cielo totalmente cubierto de nubes. Aun así había que intentarlo. Y es que "no risk, no win".
Cuando llegamos a la ermita pudimos confirmar que el sitio estaba lleno de nieve. Ahora bien, cuando bajamos del coche, pudimos comprobar que las nubes querían ponerse de nuestro lado, pues vimos que empezaba a haber algunos claros que nos iban a dejar jugar con el cielo.
No había que perder el tiempo. Nos dirigimos rápidamente al punto desde el que queríamos sacar la foto, sacamos trípodes y cámaras, encuadramos y cuando nos distribuimos el trabajo de iluminación nos pusimos a hacer pruebas. Efectivamente, el cielo nos sonrió y lo que vimos en las pantallas de nuestras cámaras nos gustó mucho. Una vez acabamos con esa foto probamos otros encuadres.
Sin embargo, en un momento determinado, le propuse a Felipe volver a encuadrar desde el sitio desde el que disparamos la primera vez, aun a riesgo de que me mandara a paseo :-P. El motivo es que en un momento en que me giré vi que detrás de nosotros el cielo se estaba poniendo espectacular. No quería perderme esas nubes, así que de ahí mi propuesta. Rápidamente cogimos trípodes y cámaras y volvimos al punto en el que empezamos. De esa segunda tanda de fotos es la que esta noche os enseño.
Sobre la iluminación, toda está hecha con linternas cálidas, con 2 modelos de la marca que generalmente solemos usar (Maglite), y con flash. Debido a que sólo éramos 2, y que 30 segundos dan para lo que dan, uno de nosotros iluminó la fachada frontal de la iglesia y el interior de la misma, y el otro se encargó del resto (no os cuento lo que esa noche pudimos correr, a oscuras, y alguno intentando con no mucha fortuna sortear los charcos y el barro).
Creo que por fin me he quedado satisfecho con la foto de la Iglesia de la Virgen de las Vegas, un sitio al que le tengo mucho cariño pues me recuerda a mis comienzos en la fotografía nocturna. Una foto que llevo persiguiendo desde hace mucho tiempo y de la cual quería llevarme una toma que me dejara contento. A mí me ha dejado contento. Espero que a vosotros también os guste.
Los datos EXIF:
Cámara: Canon 6D
Focal: 16 mm
Exposición: 30 sg
Apertura: f/2.8
ISO: 1000
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