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martes, 15 de octubre de 2019

Dos cabezotas y un castillo

Hoy voy a comenzar esta entrada haciéndote una pregunta. Si te dieran a elegir entre hacer una foto muy llamativa, con una iluminación y encuadre perfectos, pero sin ninguna dificultad... vamos, de ésas que llegas, haces 4 ó 5 tomas y ya te la llevas... o hacer una foto que sea menos llamativa que la primera, pero que haya supuesto un desafío por la dificultad a la hora de hacer la iluminación... ¿con qué te quedarías? Sigue leyendo, y te doy mi respuesta más abajo.

Cuando sales de fotos nocturnas y te desplazas hasta la localización (o localizaciones) que tienes seleccionada para esa noche, generalmente no lo haces a ciegas. Lo más normal es que previamente te hayas informado del tiempo, de la fase en que se encuentra la Luna, de la hora a la que se pone el sol, de si va a hacer frío o calor, de si el sitio en cuestión recibe mucha o poca luz procedente de contaminación lumínica, etc. Es decir, intentas llevar preparado, en la medida de lo posible, aquello de lo que puedes tener conocimiento antes de desplazarte.

Hay otros factores que, sin embargo, no puedes controlar. Por ejemplo, tú puedes saber si el cielo que te vas a encontrar está muy despejado o, si por el contrario, estará muy nublado. Pero cuando consultas la previsión y lo que ves es que va a haber nubes y claros, va a ser mucho más complicado saber si lo que te vas a encontrar van a ser las condiciones que buscas para tu foto. O, por ejemplo, muchas veces, hasta que no estás en una localización e inspeccionas el terreno, el motivo a fotografiar, es decir, el escenario de trabajo, no sabes si la foto va a resultar fácil o no.

El día en que Felipe y yo fuimos al castillo de Villarejo sabíamos que había posibilidades de que el cielo no se portara mal, pero no las teníamos todas con nosotros. Cuando llegamos a la localización por la tarde, lo primero que hicimos fue inspeccionar el castillo y darle una vuelta a las posibles fotos. Fueron 2 los encuadres que más nos llamaron la atención. Sin embargo, uno de ellos muy posiblemente íbamos a tener que descartarlo. El motivo era que la iluminación de uno de los laterales de la fortaleza la veíamos imposible de realizar, al menos, correctamente. ¿Por qué? Ahora lo verás.

Cuando se hace la iluminación de un motivo, pienso que lo más importante es poder transmitir al observador la verdadera forma y detalle del edificio. Y esto sólo se consigue con una iluminación muy concreta. En el caso de edificios que tienen formas curvas, como pueden ser las torres de un castillo, lo ideal es iluminar desde un punto a la derecha o izquierda de la cámara (dependiendo de dónde esté la torre), de manera que entre el haz de luz y la línea imaginaria que hay entre la cámara y el punto en el que incide el haz de luz en la pared o torre, se forma un angulo lo suficientemente grande que permita ver las formas del objeto iluminado. Resumiendo: hay que intentar dar una iluminación que te transmita el volumen del objeto fotografiado. Además, esta iluminación hay que hacerla a una cierta distancia, pues, si no, corres el riesgo de no repartir bien la luz si el objeto es grande, o incluso de "quemarlo" en algún punto.

En el caso de este castillo, encontramos el problema de que en el punto en el que termina la torre de la derecha había una caída de unos metros, por lo que era imposible alejarse en aquella dirección para poder dar luz a esa torre y, de paso, a la pared. Así que nos centramos en el encuadre fácil. Sin embargo, cuando terminamos de hacer esa primera, volvimos al punto inicial, donde habíamos visto el primer encuadre, y estuvimos dándole una vuelta a lo que podíamos hacer. Teníamos 2 problemas que teníamos que resolver, iba a ser complicado, pero nos empeñamos en que esa foto tenía que venirse a casa.

El primer problema era el más importante. ¿Cómo dar luz a la torre conflictiva? Por culpa del problema que teníamos sabíamos que no podríamos dar luz a la vez a esa torre, a la pared y a la torre más cercana, la que quedaría en el centro de la foto. Tendríamos que hacerlo por partes, con iluminaciones dedicadas a diferentes zonas. Es decir, una iluminación para la torre más cercana, otra para la pared, y otra para la torre más alejada. Pero, ¿cómo hacer esta última? Sólo veíamos una opción posible: iluminarla desde abajo. Pero era del todo imposible hacerlo en 30 segundos, pues sólo éramos 2 personas (estamos ágiles, sí, pero no tenemos records de atletismo), el tiempo habitual que usamos para mostrar las estrellas más o menos estáticas. Entonces pensamos: "bien, pues hagamos la foto en 2 minutos". ¿Por qué no?

Nos repartimos el trabajo. Uno de los 2 se encargaría de la pared de la izquierda, y el otro de la de la derecha, incluyendo la bajada al camino de acceso al castillo para intentar iluminar la torre. Ajustamos los parámetros para un tiempo de obturación de 2 minutos, cruzamos los dedos y nos pusimos manos a la obra.

Sabía que la mejor forma de iluminar este castillo era ésta que habíamos pensado, pero, sinceramente, no estaba nada seguro de lo que íbamos a conseguir. Sin embargo, cuando me acerqué a la pantalla de la cámara una vez hubimos terminado la foto, tuve claro que esa foto nos la íbamos a llevar a casa. A pesar de la dificultad de la foto, no fueron necesarias muchas pruebas, 4 ó 5 más para pulir detalles. Y ahí estaba la foto.

No creo ser capaz de describir con palabras cuánto me alegré de sacar aquella foto. Obtener en una única toma una foto cuya iluminación veíamos muy, muy complicada, y todo ello tras haberle dado vueltas a la planificación y organización para realizar la toma es de las cosas que más me gustan de la fotografía nocturna.

Posiblemente tendrás curiosidad por saber cómo hicimos la iluminación completa del castillo. Pues bien, como te decía más arriba, la iluminación nos la repartimos entre las 2 únicas personas que estábamos allí para dar luz. Uno de los 2 se quedó con la parte izquierda del castillo. La iluminación tanto de la torre de la izquierda, como de la pared se hizo con linterna cálida de gran potencia. Para ello, el iluminador se colocó a la izquierda, teniendo cuidado de no salir en el encuadre de la foto. La parte derecha, como comentaba arriba, se hizo por partes dentro de los 2 minutos de iluminación. Durante unos segundos se realizó iluminación de la pared del castillo con linterna cálida de escasa potencia. Se eligió esta linterna pues fue necesario estar muy cerca de la pared, corriendo el riesgo de quemar alguna zona de la pared. A continuación, saliéndonos del encuadre de la foto, se realizó la iluminación de la torre que aparece en el centro de la fotografía. Esta iluminación se hizo con linterna cálida de gran potencia. Una vez acabamos de dar luz a esta zona, se repartió algo en el suelo, y carrera hasta el camino que llevaba al castillo, para iluminar desde abajo la torre que aparece más a la derecha en la foto.

Aquella noche me fui enormemente contento y satisfecho de lo que habíamos hecho. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba haciendo una foto tanto como aquella noche. Una vez más el trabajo en equipo había funcionado.

Con respecto a la pregunta que te hacía al principio de esta entrada, creo que  ya no hace falta que te dé la respuesta de la misma, ¿verdad? ;-)

Espero que te guste la foto. Como siempre, si tienes alguna pregunta, no dudes en hacérmela.

¡Hasta pronto!

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 

Focal: 16 mm 
Exposición: 120 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 320



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