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jueves, 11 de febrero de 2021

Cualquier tiempo pasado...

Hace unos días publiqué en Instagram una "story" a colación de un vídeo que vi de un famoso fotógrafo en la misma red social. Dicho vídeo empezaba mostrando una foto nocturna de un barco varado en una playa. Sobre el barco se mostraba una espectacular aurora boreal. No recuerdo si se indicaba dónde estaba tomada, pero, si no estoy equivocado, creo que se trataba de Islandia. Sinceramente, la foto me pareció alucinante. Según iba avanzando el vídeo pude comprobar que el mismo era una grabación publicitaria mediante la cual el fotógrafo en cuestión mostraba un panel con el cual tú podías partir, por ejemplo,  de una foto diurna de un barco varado en una playa cualquiera y, junto con otra foto de una aurora boreal, crear una imagen tan espectacular como la que se mostraba al principio del vídeo. De pronto mi cara cambió por completo y no pude sentirme más desilusionado.

Durante unos segundos había envidiado al fotógrafo que había tomado esa espectacular foto del barco con su fantástica aurora bailarina, y pude ponerme en su situación y sentir la emoción de, no solo poder ver tal espectáculo natural junto con la nave varada en la playa, sino de poder grabarlo en la tarjeta de memoria. Pero esa sensación, por desgracia, duró menos de lo que duró el vídeo.

A raíz de ver dicha grabación me pregunté qué es lo que la gente que gusta de contemplar fotografías quiere realmente ver: ¿Imágenes bonitas hechas en un sitio, en un momento, con más o menos procesado y edición digital, pero con una base real y ciertos límites en esa edición? ¿Imágenes espectaculares creadas a partir de fotos que no tienen nada que ver entre sí, y que, en manos expertas en el diseño y la edición fotográfica pueden dar lugar a una imagen que podría pasar por real? Con esta duda me fui a Instagram e hice una encuesta. El resultado fue bastante claro y aproximadamente el 90% de los que contestaron preferían que la foto tuviera una base real.

Al día siguiente, hablando con Paco Muñoz (Paco Farero), fotógrafo al que seguro que muchos de los que leéis este blog conocéis, se le ocurrió la idea de crear un hashtag con el que etiquetar fotos con las que, el que lo deseara, pudiera mostrar sus fotos antes y después de pasar por edición fotográfica. Dejadme que os explique por qué creo que es buena idea.

Hace aproximadamente 9 años empecé a hacer fotografía nocturna. Yo era de los que con sus linternas, su cámara y su trípode iba a una localización y se ponía a hacer fotos iluminando como entendía que debía hacerlo. Tenía mi idea de cómo debía quedar la foto y la repetía una y otra vez. Y, lo reconozco, no me iba a casa hasta que la foto quedaba en la tarjeta como yo deseaba. En casa, hacía revelado con Lightroom, y con Photoshop hacía bastante poco. Por no hacer, no clonaba ni carteles informativos incluso aunque que pudieran ser bastante molestos. Tiempo después conocí a mis compañeros de Luces del Pasado y gratamente pude comprobar que ellos veían la fotografía nocturna de la misma forma que la veía yo. Pero es que, en realidad, en aquel momento, apostaría a que la mayoría de los que hacíamos fotografía nocturna con iluminación artificial veíamos de manera similar la forma de hacerla, la forma de disfrutarla. Hacer una fotografía con esta o aquella iluminación era un reto. Y ese reto era muy divertido. Y muy placentero, especialmente cuando lo conseguías.

Con el paso de los años he ido conociendo técnicas de edición y procesado y las he ido aplicando a mis fotos. Más a las de paisaje que a las nocturnas, pero también a estas últimas. Eso no quiere decir que lo que publico es solo producto de la edición fotográfica, en absoluto. Pero ésta tiene hoy en día más presencia que la que tenía hace años. 

Hay algo que no ha cambiado, no obstante. Cuando salgo de fotos con mis compañeros/amigos de Luces del Pasado, aún seguimos disfrutando la fotografía haciendo lo que hacíamos hace 9 años. Seguimos marcándonos retos cuando tenemos un objetivo fotográfico. Seguimos repitiendo una toma 5, 10, 20 veces si es necesario hasta que conseguimos llevarnos un trabajo decente, que puede ser justo lo que íbamos buscando o algo bastante aceptable. En estos últimos casos, al menos yo, tiro más de edición fotográfica de lo que lo haría si la foto hubiera quedado perfecta (o tan perfecta como íbamos buscando). Y lo hacemos así porque pensamos que es la mejor forma de disfrutar la fotografía nocturna. ¿Rechazamos todo tipo de edición fotográfica? No, en absoluto. Pero nuestra mentalidad es la de trabajar la foto sobre el terreno, y repetirla una y otra vez exprimiendo al máximo nuestras posibilidades de llevarnos en la tarjeta la foto que tenemos en mente. Luego, en casa, si es necesario, tiramos de los medios de edición que consideremos para mejorar, adornar o arreglar el trabajo hecho previamente.

Tengo, sin embargo, la sensación de que, con el paso de los años, esta mentalidad, que como he dicho más arriba, era la que había entre la gran mayoría de los fotógrafos nocturnos que había por aquel momento, no es la más extendida. Pienso que lo que importa es crear una foto lo más espectacular posible, sea por el medio que sea. Y últimamente lo que se estila es hacerlo de la forma más fácil. Me explico.

Lo bueno o lo malo que tiene la fotografía nocturna en la que hay iluminación aplicada es que es una técnica en la que la mayor parte de la luz la aporta el fotógrafo eligiendo la forma y las zonas en las que darla. Digo que tiene su "parte mala" pues esa luz puede aplicarse por partes y por fotos. Es decir, en una foto puedo iluminar una parte del conjunto total tal y como quiero hacerlo, en otra foto otra parte, y así hasta conseguir tantas fotos como elementos sobre los que debo dar luz para, uniendo todas esas fotos, conseguir una imagen final espectacular. Espectacular porque tiene iluminaciones perfectas conseguidas por partes a base de prueba y error, y habiendo desechado de cada toma todo aquello que no me interesa. Lo malo de crear una imagen de esta forma es que unir iluminaciones "perfectas" en una imagen final no tiene porqué dar lugar a que ésta sea perfecta, pues puede darse que en una imagen se hayan unido iluminaciones que no encajan entre sí. Que no tienen lógica.

Cada uno es libre de crear su trabajo como le apetezca, faltaría más. Lo que más siento en realidad es que la gente que lleva relativamente poco tiempo o, incluso, la gente que aún no se ha lanzado a hacer fotografía nocturna con iluminación piense y tenga el convencimiento de que este tipo de fotografía sólo se hace así: creando imágenes a partir de iluminaciones perfectas hechas por partes.

Por este motivo creo que la iniciativa de Paco Farero puede ser interesante. Como, además, pienso que la fotografía nocturna es de las más susceptibles de verse afectada por esta creencia, opino que mostrar una foto cuando se tomó (o con un revelado hecho) junto con el resultado final, puede sacar del error a aquellos que crean que hoy en día todo es procesado y edición y que nada o casi nada es real. Y, sobre todo, puede animar a aquellos que desconocen este tipo de fotografía a lanzarse al campo y darle una oportunidad.

Insisto, cada uno puede interpretar la fotografía nocturna como desee. Yo voy a seguir haciéndola y disfrutándola como más me gusta. Y, repito, esto no significa que renuncio a cualquier tipo de mejora con edición en mis fotos cuando así lo considere. Nada de eso. Significa que mis fotos, especialmente las nocturnas, tendrán un trabajo de campo por detrás, que será la base de las mismas y, si considero que lo necesitan, la edición que crea que mejor le viene a la foto.

Por último, no puedo dejar de hablar de la fotografía que he elegido para mostrar ese antes y después de pasar por mi ordenador. Se trata de una camión bastante conocido entre los fotógrafos nocturnos. La noche en que tomé esta foto fue en mi primera visita (he estado 2 veces) y esa noche sólo me acompañaba Luis.

Debo decir que el que la luna apareciera en el encuadre no fue algo planificado. Sabíamos que no tendríamos Luna hasta bastante  tarde, pero no sabíamos por dónde iba a salir hasta que, fotografiando el frontal  del camión, una vez hubimos acabado de fotografiar el lateral, nos dimos cuenta de que a nuestra izquierda el cielo empezaba a tomar un tono azul claro, lo cual nos hizo darnos cuenta de que la Luna estaba a punto de salir. 

Rápidamente volvimos a colocar el trípode en el lugar en el que pocos minutos antes había estado y aprovechamos para encuadrar este camión al que le tengo cierto cariño (quién me iba a decir hace años que iba a llegar a afirmar que le tengo cariño a una chatarra abandonada que ni siquiera es mía) con un amanecer lunar al fondo. 

Sobre la iluminación, os cuento que tanto la hecha sobre la cabina, como la que se hizo sobre los faros, están realizadas con linternas de luz cálida. El interior de la cabina está iluminado con un flash disparado en remoto, sobre el cual se colocó un gel rojo.

Y sobre la forma de iluminar la cabina, como siempre, intentando obtener el mayor volumen posible e intentando sacar los detalles particulares de su chapa oxidada.

Y ya os dejo por hoy, que ya estaréis cansados. :-)

Como siempre, muchas gracias por leerme y, si tienes algún comentario, o alguna duda sobre cómo se hizo la foto, pregúntame.

¡Hasta la próxima!

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D
Focal: 14 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/4
ISO: 1000




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