Sí, ya lo sé. En los últimos meses parece que he dejado de lado la fotografía nocturna. Pero sólo lo parece. Y es que cuando algo te hace disfrutar mucho es muy difícil abandonarlo. Y a mí, la fotografía nocturna, me da muchas alegrías y satisfacciones.
En los últimos meses no he tenido muchas oportunidades de salir a hacer fotografía nocturna, algo que espero que cambie próximamente. Pero de momento, tengo que rebuscar en el baúl de fitos y tirar de archivo.
La foto que he encontrado en ese baúl es la de un Dodge Barreiros que Luis y yo fotografiamos hace... hace ya bastante tiempo, y del que ya os enseñé una foto hecha esa noche aquí.
En aquella ocasión no pudimos llegar a donde se encuentra el coche con luz de día. Esto es algo que me gusta hacer pues es la mejor forma de, por un lado, reconocer el terreno y poder localizar posibles focos de problemas a la hora de hacer la foto en oscuridad y, por otro lado, encontrar los mejores encuadres fotográficos. En el caso de los vehículos no suele haber muchas opciones: desde un lado, desde otro, la foto frontal... Este último encuadre, el frontal, que es el de la foto que he elegido para esta noche, siempre me ha parecido muy curioso. Supongo que será porque (y no penséis que estoy loco) desde niño he visto caras en el morro de los coches. A ver, no quiero decir que vea la cara de mi vecino en un Renault Twingo. A lo que me refiero es a que la forma y la estructura del morro de los coches pueden llegar a hacernos pensar en las de una cara (al menos a mí me pasa). Si, como pasa con la fotografía nocturna, iluminamos sus ojos... perdón, sus faros, nos encontramos de frente con un ser que, por una noche, vuelve a tener vida, y nos mira cara a cara.
Quizá estéis pensando que se me ha ido un poco la cabeza. Tranquilos, que no es así (por otro lado, si estuviera loco, tampoco lo reconocería... ;-) ). En fin, vamos a ver cómo le dimos luz a este coche.
La iluminación en esta fotografía está hecha por completo con linternas cálidas de media intensidad, y de la marca que siempre hemos usado. Una de las linternas se colocó en el interior del vehículo. Con ello iluminamos el interior del mismo.
Para la iluminación exterior, Luis y yo trabajamos en equipo. Uno de los 2 se encargó de darle luz a la carrocería mientras que el otro se encargó de los faros. Cuando haces una iluminación de este tipo, hay que tener mucho cuidado y coordinarse muy bien con la persona que va a participar en la iluminación pues, si no se hace correctamente, se corre el riesgo de que la persona que ilumina los faros aparezca en la foto de forma difuminada (quizá podríamos decir "fantasmeada") por culpa de luz residual proveniente de la interna que ilumina la carrocería, o, incluso, por algún error cometido mientras se hace esta iluminación. Por ello, lo mejor es que cada uno tenga un tiempo de iluminación durante toda la exposición de la fotografía de forma que se minimice el riesgo de aparecer en la foto de esa forma "fantasmeada".
Para la carrocería se uso una linterna de potencia media, y para los faros, una de menor intensidad. Tras varios intentos obtuvimos la iluminación que íbamos buscando. El resultado, la foto que esta noche podéis ver.
Aún nos dio tiempo sacar otra toma más de este fantástico vehículo antes de que llegara la hora de irse a casa.
¡Y poco más! ¿Os gusta la foto? ¿Tenéis experiencia en la iluminación de vehículos en fotografía nocturna? Como siempre, cualquier pregunta que tengáis sobre la foto, no dudéis en hacérmela llegar y contestaré lo antes posible.
¡Hasta pronto!
Los datos EXIF:
Cámara: Canon 6D
Focal: 14 mm
Exposición: 30 sg
Apertura: f/8
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