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miércoles, 12 de febrero de 2014

Sueños Reales

Aquellos que sigáis con cierta frecuencia este blog, ya conoceréis de sobra mi atracción por las antiguas construcciones y lo que me gusta que sean objeto de mis fotografías. Vamos, que me ponen una piedra y me vuelvo tonto :-). En esta ocasión, vamos a ver una nueva fotografía del castillo de Barcience.

La fortaleza de Barcience, perteneciente a la Orden de Santiago, fue cedida en el siglo XIII por el Gran Maestre de la Orden, en aquel momento, don Enrique IV de Castilla, al adelantado don Alfonso Tenorio, cabeza de familia de los Silva, condes de Cifuentes. Éstos mandaron la construcción del castillo, iniciada por Juan de Silva y concluida por su nieto.

Tras pasar por varias casas ducales, los Pastrana lo donaron al papa León XIII, quien, junto con el término municipal y el pueblo, lo vendió a don Cirilo Calderón, hombre con gran visión de negocios, que consiguió hacer de Barcience, y concretamente de sus fincas, un gran emporio en lo que a explotación agropecuaria se refiere. En la actualidad toda la extensión agropecuaria pertenece a don Roberto Barthe Calderón, biznieto de don Cirilo Calderón.

No se atribuyen a este castillo acciones bélicas, pues no hay documentos que así lo atestigüen.

La fotografía que hoy os muestro se realizó la misma noche en que se hizo Castillo de Barcience. Al igual que aquélla, ésta no requirió un aporte adicional de iluminación. Y es que no siempre la contaminación lumínica es un mal aliado. Muchas veces, cuando se trata de iluminar escenarios de grandes dimensiones, como pueden ser castillos, la presencia de una fuente de luz constante y estática, bien sea la presencia de un pueblo más o menos cercano, o de la luz de la luna, puede ayudar a repartir de forma uniforme iluminación sobre aquello que queremos iluminar.

Yo, personalmente, si puedo que elegir, me quedo con la luz que da la luna, pues es mucho más suave, tirando a blanca, y más fácil de manejar, que la luz que puede dar las farolas de un pueblo, ciudad, que suele ser mucho más fría (entre 2000 y 3000 K), y que puede ser complicada de manejar.

Cuando encontré la posición desde la cual disparé la foto, sólo tuve que encuadrar, enfocar, elegir el balance de blancos adecuado y elegir los mejores valores para los parámetros fotográficos típicos, a saber, tiempo de exposición, apertura de diafragma, ISO. Para ello, y como quería sacar el mayor número de estrellas, ajusté la apertura de diafragma al mayor valor que me permitiera sacar nítido la totalidad de los elementos que aparecen en la foto. Es decir, que debía elegir la mayor apertura de diafragma cuya distancia hiperfocal me permitiera mostrar enfocados todos los elementos de la foto.

Ajustando este valor de apertura, en este caso 2,8, y teniendo en cuenta que además quería tener un cielo con estrellas estáticas (lo que, en mi caso, me obligaba a disparar aproximadamente 45-50 sg), el valor de ISO había que ajustarlo a 400. Esto, al menos, es lo que la regla de reciprocidad dice :-). Con estos parámetros, obtenemos la foto que os muestro abajo.

Antes de nada, ¿quieres ver desde dónde se hizo esta foto? Pulsa en:

Antes de...

Los datos EXIF: 

Cámara: Canon 500D 
Focal: 11 mm 
Exposición: 50 sg 
Apertura: f/2,8 
ISO: 400







2 comentarios:

  1. Espectacular post , te felicito por la facilidad de explicar algo tan complicado como es hacer una fotografía nocturna , una vez mas me dejas con la boca abierta ,

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  2. Muchas gracias, Susana! Pues nada, si ha quedado claro, ahora a hacer fotos! :-P

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