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lunes, 25 de abril de 2016

The Old Truck

- Luis... ¿8 segundos? 

Aún recuerdo la cara de Luis cuando con una sonrisa en la cara le puse un nuevo reto. Tras darse cuenta de que no bromeaba, dijo resignado: "a ti te gusta ponérmelo difícil, ¿no?"

Llevábamos más de una hora por la zona del camión esperando a que se hiciera de noche y cuando la oscuridad fue la suficiente. El cielo no pintaba mal, pero poco a poco estaba empeorando. Tanto, que una prueba a la velocidad a la que solemos disparar fotos, es decir, unos 30 segundos, dejaba en la foto un cielo con una traza de nubes que no nos emocionaba. La única solución era congelar ese cielo. Había que tirar la foto al menos tiempo posible. 

En la fotografía nocturna de paisaje esto no es difícil. Tú puedes tirar la foto con un tiempo de exposición que mejor encaje con lo que vas buscando. el límite lo pone, generalmente el sensor de tu cámara, y cómo responda a ISOs altos. Ahora bien, en el tipo de fotografía que solemos hacer, la iluminación artificial cobra una gran importancia. Por esto mismo, el acierto con la iluminación es muy importante. 

Iluminar un camión como este en 8 segundos no es moco de pavo. Hay que estar muy bien sincronizado para no salir en la foto y que dé tiempo iluminarlo todo correctamente. Además, para colmo, sólo éramos 2 los iluminadores. ¡Más difícil todavía!

Le dimos una vuelta a la iluminación y finalmente decidimos que uno de nosotros se subiría al camión e iluminaría las zonas que más necesitaran luz para sacar detalle y otro daría luz general al camión y detalles exteriores. Previamente habíamos colocado una linterna en la cabina, y otra linterna con luz suave detrás de una rueda.

Toda la iluminación se hizo con luz cálida, con linternas de diferente potencia.

Tras varias pruebas pruebas saltando al camión y corriendo de arriba a abajo, este es el resultado.

Espero que os guste.

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 

Focal: 14 mm 
Exposición: 8 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 2000


miércoles, 13 de abril de 2016

La luz olvidada

La fotografía que os traigo esta semana está tomada en un punto de esos en los que, hasta que no llegas, no estás convencido de que vas a encontrar lo que vas buscando.Hacía tiempo que teníamos ganas de visitar esta ermita y hace poco llegó el día. Esa tarde nos juntamos Cristina, Luis y yo. Quedamos pronto, pues sabíamos que íbamos a tener, al menos, un par de horas en coche y es que, como digo, no teníamos muy claro que fuésemos a encontrar esta ermita donde las coordenadas nos indicaban.

Cuando piensas en sitio que ha sido visitado por el hombre, no piensas que puede ser un sitio de difícil acceso. Encontrar un árbol, una roca, eso sí puede ser complicado. Pero una construcción humana, y más una ermita, que debe ser un sitio visitado con frecuencia, no piensas que puede estar en un punto de tan complicado acceso . 

Por fin llegamos a la ermita cuando estaba casi anocheciendo, y al verla, o primero que pensé fue: "aquí no venía nadie a rezar. Como mucho el cura... y porque tendría cama...". Bromas aparte, cuando llegamos al lugar, lo primero que que comentamos fue que esta ermita tenía foto. Sólo faltaba que el cielo acompañara. 

La tarde se presentó ventosa. También es cierto que en el llano en el que estaba la ermita,si no estoy equivocado, a unos 1800 m de altitud, lo normal es que día sí, y día también, uno se encuentre vientos como los que esa tarde encontramos.

Una vez inspeccionado el lugar, decidimos hacer tiempo comiéndonos el bocadillo, eso sí, en el coche.

A pesar de que la previsión daba unos cielos con los que podríamos jugar, cuando nos disponíamos a salir del coche para hacer nuestra foto, miramos el cielo y nos encontramos un cuelo estrellado a norte, sur, este y oeste. Una vez más eltiempo.es había vuelto a fallar. Sin embargo, ya que estábamos allí, y viendo que en horizonte vislumbrábamos lo que parecían ser unas nubes interesantes, decidimos esperar. Al rato, viendo que la cosa mejoraba apenas ligeramente, decidimos que para estar en el coche, mejor estábamos haciendo fotos. Así que salimos del coche, y nos dirigimos a nuestra ermita.

Empezamos a hacer pruebas y lo que iba saliendo poco a poco nos iba gustando, así que cuando estuvimos satisfechos decidimos cambiar de encuadre. De pronto, vimos que la situación en el cielo cambiaba para mejor, así que decidimos la primera foto, el primer encuadre y el resultado es el que veis aquí. 

La iluminación la hicimos con linterna cálida. Como seguro muchos podréis intuir, la iluminación principal se dio con linterna cálida desde la derecha, la de relleno desde la izquierda, y el interior, de nuevo, con luz cálida. 

Y poco más. Espero que os guste.


Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 

Focal: 16 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 1000


martes, 5 de abril de 2016

¡Pasen y vean!

Cada vez que hacemos una visita a una localización marcada como punto de fotografía nocturna, esa visita no es simplemente llegar, echar las fotos y vuelta a casa. Desde que nos ponemos el traje de "fotógrafo nocturno" (cada vez cuesta más quitártelo), cambia tu actitud. Por ejemplo, el viaje de ida no es sólo un viaje de risas, "selfies" que se suben a facebook, y buen rollo en general. Si se trata de un viaje a un sitio nuevo, estás en modo radar. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que lo que en un viaje normal, mirar por la ventana se traduciría en disfrutar del paisaje, en mi caso, y en el de los fotógrafos nocturnos que conozco, se traduce en buscar nuevos puntos que visitar una noche cualquiera. 

Nunca sabes lo que puedes encontrar en un trayecto de 100 ó 200 km en cualquiera de las autopistas, carreteras nacionales y comarcales o pistas forestales que dejan huella en el cuentakilómetros de tu coche. 

Los árboles son buenos ejemplos de lo que podemos encontrar en estos viajes. Son muchos los árboles que podemos encontrar en nuestros desplazamientos, pero son pocos los que llaman nuestra atención, y muchos menos los que recibirán una visita nocturna. El de esta noche es uno de esos que árboles que pasaría el filtro de casi cualquier fotógrafo diurno y nocturno.

La noche en que visitamos este imponente árbol sólo nos juntamos Luis y yo. El cielo inicialmente pintaba bien, pero, como nos pasa en más de una ocasión. una tropa de nubes estuvieron a punto de arruinar lo que podía ser un bonito cielo. Por suerte, todo fue un espejismo,y nuevamente el cielo se abrió. Este era el momento que había que aprovechar para sacar las linternas. Plantamos los trípodes y planteamos la iluminación. 

Como suele ser habitual, usamos iluminación cálida, por lo que en la cámara ajustamos temperatura fría para compensar la temperatura de color cálida de la linterna, aproximadamente 3200K. En elementos tan grandes como lo era esta encima, hay que tirar de un elemento de iluminación potente, así que cogimos la linterna cálida más potente que teníamos, y desde la derecha aplicamos la luz principal. Para eliminar sombras, hicimos lo que solemos hacer, es decir, compensar la iluminación con luz  más suave, de la misma temperatura que la principal, y desde la izquierda.

Desde la primera prueba que hicimos nos dimos cuenta de lo impresionante que era esta encima. Impresionante no sólo por su tamaño, sino también por su forma majestuosa. Además, quiso el destino que recientemente hubiera pasado un tractor que dejó unas marcas alrededor del árbol y que ayudaron a enmarcar nuestro objeto de fotografía. Es curioso la sensación que pueden transmitir unas marcas así alrededor de un objeto. Es como querer centrar la atención en un elemento, como si dicho elemento formara parte de una exposición de esas que vamos a visitar en un museo, o como si formara parte de un gran espectáculo circense en aquellos circos en los que el maestro de ceremonias se ponía en la puerta del circo gritando aquello de... ¡Señoras y señores! ¡Niños y mayores!...¡Pasen y vean!

Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 
Focal: 14 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 2000