• Siguenos en Flickr
  • Siguenos en Blogger

jueves, 11 de abril de 2019

Cara a Cara

El verano pasado viajé a Navarra para pasar un fin de semana. Entre las maravillas que tiene esta hermosa tierra, hay una en concreto que quería visitar (aunque más bien debería decir 'volver a visitar', pues hace años lo hice por primera vez), ya que deseaba tomar fotografías allí. Hablo de las Bardenas (no Bárdenas, sino Bardenas) Reales, una zona desértica en una región fértil.

De aquél inolvidable fin de semana pude traerme a Madrid fotos que me dejaron satisfecho, como ésta que podéis ver aquí, aunque no regresé a casa todo lo contento que me habría gustado. Hubo una segunda visita, pero en esa tampoco pude obtener la foto que iba buscando.

Pues bien, a mi vuelta de mi viaje a Islandia volví a viajar a Navarra. Llegaba de Islandia un jueves, después de 2 semanas fantásticas, pero agotadoras, y cogía el coche el viernes para hacer más de 400 km. Tenía un objetivo en mente. Tenía que ir. Así que cuando salí de trabajar el viernes, sin pasar por casa, me fui a Navarra. No era el mejor fin de semana para conseguir ese objetivo, pero tenía que intentarlo. Si salía bien, habría merecido la pena la locura.

Llegué a Arguedas, que es un pueblo cercano a las Bardenas, cuando el sol ya se había puesto. Como aún había bastante luz en el cielo, hice tiempo cenando. Cuando consideré que era el momento me acerqué a las Bardenas, en concreto a este punto, el Castildetierra. No iba a tener mucho tiempo pues esa noche la luna salía pronto, y para mi foto no quería luna. Debía actuar rápido. Busqué el mejor sitio para plantar el trípode (o, al menos, el que más me gustó), aunque debo decir que tampoco dediqué mucho tiempo a buscar dónde colocarlo. Sencillamente, encontré uno y me pareció lo suficientemente aceptable. Ahora tocaba ser rápido: estabilización del trípode, pruebas, y a disparar.

Inicialmente hice una foto similar a la que puedes ver, pero sin aporte de ningún tipo de iluminación. Bien, me gusta, pero se podía llegar un poco más lejos. ¿Qué tal si el modelo (es decir, yo) apareciera con una antorcha (linterna)? Bueno, era cuestión de probar, pero no había que perder tiempo, pues el cielo empezaba a clarear por el Este. La luna avisaba de su llegada.

La realización de esa foto conllevaba varias dificultades para las cuales no tenía muy claro si encontraría solución. La primera es la que os he comentado: la falta de tiempo. Ésta es una foto panorámica creada a partir de 5 tomas verticales. Esto implica la necesidad de mayor cantidad de tiempo (algo que no me sobraba) para sacar una única foto. Cinco tomas de 30 segundos. Dos minutos y medio, por los 30 segundos que aproximadamente sueles emplear en una foto.

La segunda dificultad está relacionada con la presencia de un modelo. En la mayoría de las fotografías panorámicas en las que aparece una figura no estática se suele dar que esa figura aparece en, al menos, 2 de las fotos que forman parte del conjunto. Al ser una figura no estática, es complicado conseguir que durante esas tomas el sujeto esté inmóvil durante, al menos, 1 minuto (30 segundos por cada foto, si consideramos sólo 2 tomas). Pero es que, además, a esta dificultad había que añadir un problema.

En este viaje a Navarra no fui acompañado. Fui sólo, con lo que puedes imaginar que yo fui fotógrafo, y que yo fui modelo. Y sí, en más de una toma de las que forman la panorámica tuve que aparecer posando. Quizá te preguntes cómo me las ingenié para ello.

Como te he dicho, esta fotografía panorámica está formada por 5 tomas verticales. Estas tomas están realizadas de izquierda a derecha. Como podrás imaginar, las 3 primeras fueron fáciles de realizar. Sólo tenía que disparar foto, y limitarme a iluminar el suelo. Ahora bien, las 2 últimas eran las que iban a complicarse, pues en ellas tenía que aparecer yo. Para ello, lo que hice fue poner el disparador remoto con un retarde de 20 segundos para que me diera tiempo a ir a colocarme donde quería aparecer en la foto. Marqué bien dónde tenía que ponerme, pues iba a tener que repetir lugar y posición en la siguiente foto. Cuando se abrió el obturador, me mantuve todo lo que pude quieto durante esos 30 segundos que duró la toma, intentando memorizar mi postura. Y cuando se cerró el obturador, rápidamente me aproximé a mi cámara, giré la rótula la cantidad necesaria, disparé el control remoto con el mismo retardo de 20 segundos y corrí a mi lugar para colocarme en el mismo sitio y con la postura lo más aproximada posible a la que mantuve en la anterior foto. Es decir, no se trataba de estar inmóvil 60 segundos (30 + 30), sino de estar inmóvil 30 segundos, moverme para girar el trípode y volver a mi posición inicial para estar nuevamente inmóvil durante otros 30 segundos.

A partir de aquí, poco puedes hacer pues el resto del trabajo tendrá que hacerlo el software fotográfico que se encargue de unir todas las tomas. Sabía que en este punto, no habría problema con las partes estáticas, pero tenía mis dudas sobre qué resultado conseguiría en las zonas en las que aparecía yo. Sí, algo de miedo había, lo reconozco. Sin embargo, el resultado me gustó.

Es muy mejorable la foto, soy consciente de ello. Pero, a pesar de que no volví especialmente feliz de Navarra, el resultado me ha agradado lo suficiente como para poder publicarlo y enseñároslo. ¿Repetiría la foto? Sabiendo dónde puedo mejorarla, me gustaría, no lo niego. Ahora bien, ¿volveré a Navarra? Esto ya no lo tengo tan claro. Quién sabe, quizá algún día.


Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 

Foto panorámica formada por 5 tomas verticales, cuyos valores son:

Focal: 16 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 1600


2 comentarios:

  1. Muy buen trabajo.
    Y encima, en misa y repicando. Menuda brega. :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que tiene estar solo haciendo una foto así!! :-D Muchas gracias, por comentar!!

      Eliminar