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jueves, 29 de octubre de 2020

Noche de brujas

 Y lo cierto es que me viene que ni pintado un título así estando en las fechas en las que estamos. Diréis, y este tío ¿a qué viene mezclar brujas con dólmenes? Pues no, el estar confinado (y lo que me queda) no me ha hecho perder la cabeza más de lo que ya la tenía perdida. Dejadme que os explique.

Antes de nada, me gustaría contaros qué es lo que estáis viendo en la foto. Se trata del dolmen de Sorginetxe, y está localizado en Álava. El nombre de Sorginetxe es una palabra vasca que quiere decir, si no estoy equivocado, "casa de brujas". Supongo que esto ya os da una idea de a qué viene el título. Quizá la pregunta ahora es, ¿y por qué se llama así el dolmen?

Parece que hay varias leyendas en torno a la construcción del monumento. Una de la más extendidas es que fue levantado por unas brujas vascas de la zona que transportaron las piedras con los husos de sus ruecas. Yo no soy quien para hablar mal de leyendas, y no lo voy a hacer. Pero, aunque tengo mis dudas sobre la veracidad de esta leyenda, lo cierto es que me ha venido de perlas para darle título a la foto

Por otro lado, ¿qué mejor momento para hablar de brujas que éste, cuando está tan cerca Halloween?

En fin, este verano, durante mi viaje por el norte de España me marqué como sitio a visitar este dolmen en alguna de las 2 noches que iba a pasar en Vitoria. Finalmente me acerqué las 2 pues, sinceramente, creo que con condiciones meteorológicas diferentes, que son las que iba a tener en esas 2 noches seguidas, este dolmen puede presentar diferentes caras. Y así fue.

La segunda noche en que visité esta construcción no encontré brujas, pero pude ver  que pocos minutos antes había llegado otro coche del que se bajaron 2 chicos y una chica con trípodes. Evidentemente no iban a hacer un aquelarre, sino que habían ido a lo mismo que yo. En situaciones como ésta en la que lo que tú hagas para tomar tu fotografía, es decir, iluminar el objeto fotografiado, puede molestar al resto de fotógrafos, lo más correcto y lo más civilizado es pedir permiso cada vez que necesites hacer algo así, pues puedes fastidiar la fotografía al resto.

Cuando ya estaba cerca del dolmen decidí colocarme enfrente de la cara más conocida de esta preciosa construcción, muy cerca, además de donde se habían colocado estos chicos. La verdad es que, no sé si es porque es la cara más fotografiada o si es porque no me gustaba el cielo, pero el caso es que no me sentí especialmente cómodo viendo lo que veía por el visor. Me moví un poco al a derecha, un poco a la izquierda, un poco más cerca... no terminaba de verlo. 

Pero en un momento determinado miré a lo lejos a mi derecha y lo vi claro. Cogí el trípode y me fui al extremo opuesto de donde estaba, dejando a los 3 chicos fotógrafos justo detrás del dolmen vistos desde mi nueva posición. Ahora sí. Ahora sí lo vi claro. El dolmen, visto desde un punto desde el cual no había encontrado muchas fotografías, me pareció espectacular. Y para ayudar a componer, a la izquierda un maravilloso cielo al que la contaminación lumínica, no sé muy bien de dónde, quizá Pamplona, le daba una fuerza tremenda. 

El entorno ya había hecho su trabajo. El resto tenía que ponerlo yo. A pesar de que no había luna, había algo de luminosidad en el ambiente debido a la contaminación que producían las luces de los pueblos cercanos. Un tipo de luminosidad amarillenta, por lo que decidí que mi iluminación sería justo la opuesta para contrarrestar el feo tono con que nos sentíamos bañados. Por tanto, saqué mi linterna de luz fría e hice una prueba. Me acerqué a la cámara y sonreí. Tenía muy buena pinta. Y creo que la luz fría fue un acierto. Para el interior había varias opciones, pero finalmente me decanté por un flash al que le acoplé un gel de color. 

Hay un punto muy importante en esta foto: el tiempo de exposición. Muy poco, ¿verdad? El motivo es poder conseguir un cielo con volumen como el que podéis ver. Más tiempo de exposición deja un cielo con nubes que se desplazarían y que quedaría bastante feo (creedme que lo probé ;-)). 

Ésta fue mi tercera visita a Sorginetxe. La primera, hace más de un año, no fue nada productiva pues el cielo no me ayudó demasiado, empezó a llover... vamos, un desastre. La segunda fue el día antes de sacar esta foto y, por fin, la tercera, que a mi modo de ver fue la de la vencida.

No me importaría volver a Sorginetxe, pues me pareció un sitio muy especial y con mucha foto. Quién sabe. Quizá en mi próxima visita no sean fotógrafos lo que encuentre, sino a las dueñas de la casa de brujas ;-)

¡Hasta pronto!


Los datos EXIF:

mara: Canon 5D MarkIV
Focal: 16 mm 
Exposición: 4 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 3200





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