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jueves, 10 de junio de 2021

La foto encontrada

Aquella noche no fue lo que inicialmente teníamos en mente. De hecho, aquella noche tampoco fue lo que pensamos como segunda opción. Eso sí, aquella noche acabó mucho mejor de lo que posiblemente habría acabado con cualquiera de los otros planes.

Hace 2 ó 3 semanas, un sábado, Álvaro Coleto, Daniel Pastor y yo planeamos quedar para ir a realizar fotografía nocturna de unos vehículos abandonados, de esos que tanto nos gusta hacer a muchísimos fotógrafos nocturnos. La previsión meteorológica para el punto concreto al que íbamos a ir era de esas que no te deja nada claro lo que te puedes encontrar. Quizá cielo despejado, quizá cerrado, quizá un cielo que podía estar despejado y que luego se cerrara, o quizá lo contrario.

Unas horas antes de quedar, Álvaro me llamó y me contó que Daniel no podría quedar, y me dio la opción de cancelar la salida, o ir a algún lugar más cercano, dejando la localización de los vehículos para otro día en que Dani también pudiera venir. De pronto se me encendió la bombilla, y me vino a la cabeza este famoso árbol. Digo famoso, porque son muchos los fotógrafos nocturnos que ya lo han retratado. 

Cuando me vino este árbol a la cabeza lo que en realidad aparecía en mi mente era este árbol acompañado de una bonita Vía Láctea. A Álvaro le pareció bien la idea, así que quedamos por la noche en un punto de la A2 y, desde allí, fuimos hasta donde está este árbol.

Según íbamos yendo hasta allí, yo iba mirando el cielo y me daba la impresión de que, o bien cambiaba mucho el cielo y se abrían esas nubes o, si quería ver la Vía Láctea, iba a tener que buscar alguna de mis antiguas fotos. No sólo eso. Cuando estábamos cerca de nuestro destino, hacia el oeste se podían ver relámpagos, que, poco a poco, aparecían con más frecuencia. Mi cara entonces cambió y en mi cabeza un cielo despejado y lleno de estrellas agrupadas dejó paso a uno cubierto, y donde se juntaba con la tierra podían verse rayos. Bueno, eso era lo que yo podía ver en mi cabeza, pero pocas veces lo que nos cuenta nuestra imaginación tiene que ver con la realidad. Al menos hasta esa noche.

Cuando bajamos del coche el cielo tenía muy buena pinta. A lo lejos, resplandor de relámpagos. Quién sabe, a lo mejor tenemos suerte, pensé. Buscamos diferente encuadres para poder componer bien los rayos con el árbol. Tras varios intentos me coloqué cerca del punto donde estaba Álvaro. Desde ahí podían encuadrarse bien el árbol y la tormenta pues los rayos parecían situarse por esa zona. Ahora sólo había que disparar, iluminar el árbol y esperar. 

Sin embargo no fue tanto tiempo el que hubo que esperar. Con un segundo disparo, mientras estaba iluminando el árbol, apareció ese estallido en el cielo que iba acompañado de esos 2 rayos que pudimos ver con toda nitidez. Rápidamente me volví a mi cámara y paré el disparo pues, estaba convencido de que había cogido esa descarga eléctrica y, si no paraba el disparo, corría el riesgo de que un nuevo rayo pudiera contaminar e, incluso, quemar mi foto. Cuando Álvaro y yo vimos las fotos en nuestras respectivas cámaras, supimos que la foto de la noche ya la teníamos.

A continuación de ese rayo vinieron más y probamos con diferentes encuadres, pero lo que obtuvimos no podía ser igualado a lo que ya teníamos en nuestra tarjeta. Poco después empezó a chispear. La excusa perfecta para recoger nuestros equipos y montarnos en el coche con la convicción de que algo nos llevábamos a nuestras casas.

Hay varias formas de capturar rayos durante una tormenta, aunque, en mi opinión, hay un factor que es bastante determinante, y es la apertura de diafragma. Con un diafragma muy abierto corres el riesgo de que un rayo que produzca un estallido muy potente pueda quemar la foto en el punto en que esos rayos han aparecido. Sin embargo, compensando ese cierre de diafragma con una larga exposición que puedas cortar cuando a ti te interese (poniendo la cámara en modo BULB), podrá ayudarte a controlar la toma y capturar esos rayos con mayor nitidez.

Sobre la iluminación, ésta está hecha con luz fría sobre el árbol y ligeramente sobre el campo de trigo. ¿Cuánta luz se aplicó? ¿Durante cuánto tiempo? Fue una iluminación relativamente potente (linterna de más de 200 lumens) durante unos segundos. Ahora bien, esto es cuestión de probar hasta dar con la tecla exacta.

Y poco más. Con esta foto, queda inaugurada oficialmente la temporada de rayos y tormentas :-)

Como siempre, si hay alguna duda, preguntadme y os contestaré lo antes posible.

Espero que os guste.

¡Hasta pronto!


Los datos EXIF:

mara: Canon 5D MIV
Focal: 35 mm 
Exposición: 58 sg 
Apertura: f/5.6
ISO: 400



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