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viernes, 17 de julio de 2015

Luces y Sombras

- ¡Tomás, un poco más de luz al campo!
- ¡OK, Cris, anotado!
Un minuto más tarde, de nuevo escuché la voz de Cris por el Walkie Talkie:
- ¡Mejor, Tomás, pero cuidado con la linterna!¡Se ha visto la luz!
- ¡OK, Cris, eso está hecho! Por cierto, en cuanto terminéis, veníos Felipe y tú disparados para acá, ¡que hay fotón!

Esa noche, la tecnología de radiofrecuencias nos ayudó a realizar la foto que Cris estaba haciendo desde el campanario de la iglesia de Valdenoceda. Sí, cierto que quizá con 2 gritos el efecto habría sido el mismo, pero, entendedme, liarse a gritos desde el campanario de la iglesia de un pueblo pequeño a las 2 de la mañana no creo que hubiera sido recibido de buen grado por parte de los vecinos. Valdenoceda, sí, un pueblo de la provincia de Burgos donde el destino nos llevó a Cris, a Felipe y a mí para hacer un trabajo de fotografía nocturna encargado por el Presidente de APTCE (Asociación pro Tradición y Cultura Europea), Enrique de Villamor, para un proyecto mágico para el cual le deseamos toda la suerte del mundo.

La tarde-noche que pasamos allí fue especial en muchos sentidos. Conocimos a Enrique, quien nos contó en detalle su maravilloso proyecto, pudimos degustar los productos de la tierra, y, por último, pudimos disfrutar de nuestra afición con los 2 increíbles construcciones de Valdenoceda: la Iglesia Románica de San Miguel y el Castillo Lara Villamor. Éste último, el que podéis ver en la foto.

Curiosamente la foto que veis esta noche no está tomada con mi cámara. No sólo eso: el realizador de la foto, la mano ejecutora, fue la de Felipe con su Nikon 750. Esta foto que podéis ver es un ejemplo del trabajo en equipo realizado esa noche por Cristina, Felipe y por mí.

La foto tiene varios elementos a tener en cuenta. Por un lado, la Vía Láctea, acompañando en sentido descendente, ayudando a la composición de la foto. Por otro lado, un elemento con el que no contábamos al principio, pero cuya presencia creemos le da más fuerza a la foto: la sombra del enorme árbol que teníamos a nuestra derecha. En un principio la presencia de la sombra fue más un accidente que un elemento buscado, pero la contaminación lumínica siempre es un factor que, o ayuda, o te amarga una foto si no sabes cómo sacar provecho. Nosotros creemos que sí lo hicimos pues, al ver en unas primeras pruebas la sombra proyectada sobre la torre, decidimos que nos gustaba y que sería bueno forzar más la presencia de esa sombra. Aparte, se dio luz a la torre desde varios sitios para resaltar texturas un poco muertas por la contaminación lumínica.

Por último, me gustaría dedicar esta entrada del blog a Cris y Felipe. Como muchas otras, ni este post, ni la foto habrían sido posibles sin ellos. Quiero, además, darles las gracias por hacer que cosas que no son fáciles lo sean. Y es que no siempre es fácil coger un viernes el coche, después de una semana dura de trabajo, hacerte 350 km o más de ida y otros tantos de vuelta, con tus responsabilidades familiares, con tus asuntos personales en la cabeza, y tirarte horas haciendo fotos sólo para conseguir cosas como las que hoy veis y para pasar el gran rato que pasamos. Chicos, no sé lo que saldrá de lo que hicimos el viernes pasado, pero sólo el tiempo pasado con vosotros bien vale ese esfuerzo.


Los datos EXIF:

mara: Nikon D750 
Focal: 16 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/3.5
ISO: 3200



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