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martes, 3 de diciembre de 2019

Ice on earth


En febrero de 2018 hice, junto a César, Javier y Alfonso, un viaje a Islandia que podríamos llamar "express". Lo llamo así porque duró 3 días. Teníamos ganas de ver aurora boreal y se nos ocurrió que podríamos intentar hacernos una escapada. La idea sería centrarnos en una zona concreta, que pudiera dar juego durante esos 3 días y, quien sabe, si teníamos suerte, quizá conseguir ver el cielo verde.

Islandia es un país en el que, dependiendo del momento en que vayas, puedes llevarte estampas muy diferentes del mismo lugar.

Sabíamos que, yendo en febrero, encontraríamos el país con mucha nieve, algo muy diferente de lo que ya habíamos visto algo más de 2 años antes, cuando viajamos por primera vez a Islandia en noviembre. Lo que no imaginábamos, o al menos yo no, es que nos íbamos a encontrar un país completamente blanco. Blanco por culpa de la nieve, y blanco también por culpa del hielo. Fueron muchas las zonas en las que nos encontramos hielo. Concretamente, en zonas en las que hubiera grandes concentraciones de agua. Y una de esas concentraciones de agua era el lago que había al lado del Kirkjufell, esa famosísima montaña islandesa que seguro has visto en fotos y/o documentales.

Aquella noche aprovechamos que, entre las nubes, una tímida luz verde se dejaba ver por detrás de la montaña. Había que aprovechar para buscar un encuadre algo diferente a lo típico. Así que nos dirigimos al lago que había al otro lado de la carretera. Allí pudimos ver que las bajas temperaturas habían actuado sobre el agua. Una gran cantidad de trozos de hielo provenientes del lago, que en algún momento debía de haberse congelado, se amontonaban en la orilla y fuera del lago, en la tierra.

Pensamos que había que aprovechar este escenario, pues no sabíamos cuánto iba a aguantar la aurora detrás de la montaña. Así que en un momento determinado coloqué mi trípode a baja altura entre esos trozos de hielo y apunté hacia la mítica montaña. Debido a que la luz no era especialmente fuerte decidí disparar una exposición larga sabiendo que esto iba impedir sacar una luz con alguna forma definida, es decir, que se podría ver más como un resplandor en el cielo. Sin embargo, el resultado fue mejor de lo esperado. La luz verde apareció entre los huecos que las nubes, que se movían hacia nosotros, dejaron, y el resultado, una vez visto en la pantalla, me gustó bastante, la verdad. Varios disparos más tarde, ya tenía mi foto. A por otro encuadre :-)

Con nubes, sin nubes, con lluvia, sin lluvia, y, por supuesto, con aurora boreal o sin ella, Islandia es un país que no deja indiferente. No me canso de decir que es el paraíso del fotógrafo de paisaje, pues ofrece una infinidad de posibilidades. Cinco son las veces que he visitado este país, y ya tengo ganas de poner fecha a la sexta, pues en mi mente existe una sexta vez.

Mientras llega ese momento, no me quedará otra que seguir viendo ese país en fotos que, si son propias, servirán, además, para recordar los grandes momentos vividos, que tampoco está mal ;-)

Como siempre, cualquier pregunta que tengas sobre la foto, no dudes en hacerla, y te responderé lo antes posible.

Y si es la primera vez que visitas este blog, y te ha gustado el artículo, aprovecha y sigue el blog, y la próxima vez que publique un artículo te llegará una notificación.

¡Hasta pronto!


Los datos EXIF:

mara: Canon 6D 

Focal: 16 mm 
Exposición: 30 sg 
Apertura: f/2.8
ISO: 4000


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