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martes, 28 de enero de 2014

The silent sound of Loneliness

Hace aproximadamente un año y medio de mi incursión en el mundo de la fotografía nocturna. Desde que descubrí que existía, me ha enganchado tanto que es mucho el tiempo que dedico a ver fotografías, manuales, leer blogs y ver álbumes de fotos en páginas dedicadas a fotografía. Poco a poco hay cada vez más gente dedicándose a esta modalidad de fotografía. Como en todo, en este mundillo hay gente buena, gente muy buena, y maestros. De entre estos últimos, debo destacar a Juan José García Vaquero, Logan en el mundo de la fotografía, quien, para muchos de los que estamos entrando en este mundillo de iluminar la noche, es un referente. Tan personal es su estilo y tan grande su destreza en el "light painting" que, entre los aficionados a la fotografía nocturna, se conoce su estilo como "loganizar".

De cada foto suya que he podido ver creo que se puede aprender, no sólo sobre la técnica de la fotografía nocturna y del "light painting", o sobre la forma de iluminar, sino sobre fotografía en general. 

La fotografía que hoy subo es una fotografía que, como alguna de las que ya he publicado, o que llegaré a publicar, ya fotografió Logan en algún momento. La intención no es imitar, ni mucho menos. La intención es, sencillamente, llevarme una versión propia de una localización que ha dado lugar a una gran fotografía. Y mi foto tendrá un encuadre más o menos parecido, será similar a la que dio la idea, pero, sinceramente, no me importa, pues será una foto hecha por mí.

La fotografía está hecha en un parque de la sierra madrileña que encontré "googleando". Sacar una foto en condiciones del lugar me llevó realizar 2 visitas. En una primera visita que realicé con un amigo una noche con luna nueva, inicialmente todo pintaba bien. Buena temperatura, tranquilidad, tiempo de sobra para dedicarnos a sacar una buena foto... Una vez elegidos los encuadres con los que nos íbamos a lanzar a sacar la foto, pensamos y decidimos la forma en que iluminaríamos el escenario. En principio, no parece muy complicado, pues el fuerte de la foto está en el primer plano, muy cerca de la cámara, y es un espacio muy reducido. 

Sin embargo, con los primeros disparos que realizamos, nos dimos cuenta de que esa noche no íbamos a triunfar, y que no nos íbamos a llevar trofeo a casa. ¿Cuál fue el problema que nos encontramos? En un principio, nos dedicamos a iluminar el embarcadero, los árboles, el suelo del primer plano, pero hubo algo que no tuvimos en cuenta. La foto, iluminando los elementos principales no iba a tener ningún fondo. Iba a ser plana y oscura, aunque ilumináramos con un foco de esos que se usan en teatro. El estanque quedaba oscuro, el fondo con árboles quedaba oscuro. Y no pensamos que haciendo el esfuerzo de ir hasta donde estaban los árboles del fondo para iluminarlos diese el resultado que esperábamos. ¿Solución? Una segunda visita, eso si, en una noche en la que la luna nos ayudara a dar una iluminación uniforme donde nosotros no pudimos.

Para esa segunda visita la lección estaba aprendida. La noche estaba iluminada por la luna, por lo que solo habría que centrarse en iluminar todo lo que nos encontramos en el primer plano. Del resto, de iluminar los árboles del fondo, de dar profundidad a la foto, ya se encargaría la Luna ;-)

La iluminación de los elementos principales se hizo desde la derecha, y con linterna de luz cálida, por lo que, como de costumbre, para contrarrestar ese aporte de luz cálida, se puso el balance de blancos en la cámara en torno a 2900K.

Por cierto, ¿te apetece ver dónde se colocó la cámara para sacar la foto? Mira:

Antes...

Los datos EXIF:

mara: Canon 500D 
Focal: 11 mm 
Exposición: 42 sg 
Apertura: f/2,8
ISO: 400




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